Cómo elegir colegio
En breve, las Comunidades Autónomas abrirán el plazo
de inscripción de nuevos alumnos para el curso 2013-14
Para
muchas familias elegir un centro educativo para los hijos supone no
solo una prioridad, sino también una enorme responsabilidad que trae de
cabeza a muchos padres, sobre todo cuando el niño va a ser escolarizado por
primera vez. No existe una fórmula mágica, ni única, que dé respuesta a las
preguntas que se plantean los padres para acertar en la elección, pues al
final es una decisión personal de cada familia. Pero sí que, para Carmen
Guaita, vicepresidenta del sindicato de profesores de enseñanza pública ANPE,
hay una regla de oro para enfocar bien la elección: «Antes que pensar en el
mejor colegio, hay que preguntarse si es el mejor colegio para nuestro hijo.
Los rankings están bien, son una información que puede condicionar, pero
nunca determinar una elección».
Su consejo es que las familias hagan una profunda reflexión antes de echar la
matrícula en un centro: «Deben tener clara cuál es su meta. No se trata de
que sea cirujano o abogado, sino de tener una visión integral de la persona
en la que queremos que se convierta, de los valores y capacidades que
queremos que posea. Para unos padres será más importante que al final del
proceso educativo su hijo tenga un conocimiento de varios idiomas,
para otros que posea unos valores religiosos, o que su hijo esté integrado en
la sociedad real». Lo importante, añade el padre Javier Careceda, director
del colegio Everest Monteclaro (Regnum Christi), «es que la familia tenga claro
el proyecto educativo que quiere para su hijo, y que se cree una
sociedad entre la familia y el colegio. Lo ideal es que el centro sea una
prolongación de lo que se vive en casa».
La mayoría de los padres comienzan por establecer si quieren un colegio
público, concertado o privado. «Quizá la crisis sea una buena oportunidad
para que los que nunca pensó en la oferta pública comprueben la buena calidad
de esta enseñanza -propone Guaita-. Si tienen cerca un colegio público
(gestionado por la Administración y gratuito), les recomendaría que se
acercasen a ver sus dotaciones, conocer al profesorado...».
Las otras dos grandes opciones pasarían por elegir una formación concertada
(centros privados que disfrutan de subvenciones públicas, por lo que el coste
de las matrículas es inferior al de los privados), o privada, donde el modelo
de educación está financiado por los padres de los alumnos y están
autorizados para implantar un ideario de enseñanza propio, siempre que se
ajusten a las exigencias que marca la ley. «También tienen libertad para
establecer sus normas de admisión», recuerda Mayte Guillén, coordinadora de
la guía de los Mejores Colegios de España que edita Infoempleo.com.
Pero, ¿cómo decantarse por una opción u otra? Los expertos en la materia recomiendan
que los padres busquen referencias directas del centro que les interese.
También que pregunten a otros padres de alumnos las cuestiones que más le
inquieten y, si es posible, que concierten una entrevista con los
responsables o profesores del centro para profundizar en aquellos asuntos de
los que necesiten más información. No obstante, algunos colegios celebran
«jornadas de puertas abiertas» para que los padres vean el centro en pleno
funcionamiento y resuelvan sus dudas «in situ».
Es el momento, continua Carmen García, directora del colegio Los Sauces La
Moraleja, «de preguntar por el proyecto pedagógico, por cómo es la
comunicación del centro con las familias, si hay facilidad de acceso al
equipo directivo, si el colegio realiza actividades extraescolares y
complementarias y participa en programas de innovación, porque estos son
indicadores de un profesorado motivado...».
Aunque, sin duda, en estas reuniones si una cuestión se lleva la palma es la
de los resultados del centro. Así lo asegura Montserrat Magaz Cristóbal,
directora del colegio Bernadette, quien explica que en sus casi veinte años
recibiendo a padres, las demandas de las familias han cambiado mucho a lo
largo del tiempo. «Ahora una de sus principales preocupaciones es saber en
qué lugar queda el centro según evaluadores externos, a ser posible,
oficiales. Me parece bien, la sociedad tiene que exigir esto».
En cualquier caso, la decisión hay que vivirla con calma porque, como asegura
el filósofo y pedagogo Gregorio Luri, autor del libro «Mejor educados»
(Ariel, 2014), «si algo hay que tener claro a la hora de echar una
inscripción en un centro es saber que el clima intelectual y los hábitos de
trabajo que reinan en la familia son mejores predictores del éxito o del
fracaso escolar que la escuela misma». Además, tal y como concluye la
vicepresidenta del sindicato de docentes de la enseñanza pública Anpe,
conviene pensar que no es una decisión irreversible. «Si no has acertado,
siempre puedes volver a buscar algo mejor para tu hijo».
Público, privado, concertado No es irreversible para tomar la mejor decisión
Preocupación principal
Los padres preguntan en qué lugar queda el centro según evaluadores externos
y oficiales |
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