Así puedes inculcar respeto en tus hijos
«Los niños de ahora no tienen respeto», «son unos maleducados», «¡pero qué poca consideración!»...Desgraciadamente, frases como estas se escuchan con más
frecuencia de lo que sería deseable. Toda persona merece un respeto, pero ¿cómo
podemos inculcar esta idea a nuestros hijos? Lo primero que deben entender los
padres es que esta labor no debe ser asignada a los colegios. Por su puesto que
allí impondrán a los alumnos unas normas que tienen que respetar, pero es en el
hogar donde debe comenzar y afianzarse esta buena conducta. José Javier Ávila,
secretario del comité directivo del Colegio de Fomento Las Tablas Valverde y
autor de «100 maneras de poner las pilas a tu familia», asegura que es muy
importante que los padres enseñen a los niños a ponerse en el lugar de los
demás para que sean capaces de ver la vida desde el punto de vista de otra
persona.
También apunta que hay que elogiar los actos
amables y considerados y aconseja que se fomente en los hijos que hagan cosas
amables por los demás. José Javier Ávila aporta una serie de recomendaciones a
padres, niños y adolescentes.
Para los padres:
—En la familia cada uno es diferente, por eso
trata a cada uno de modo distinto, con el debido respeto y sin clasificar a
nadie.
—Cuando hagas comentarios sobre actuaciones de
terceras personas, no realices alusiones despectivas a su persona.
—Cumple con tus deberes profesionales y sociales,
haciendo ver a tus hijos que, además de cumplir con tus obligaciones, estás
contribuyendo a la mejora de la sociedad.
Para los niños:
—No curiosees en cajones o pertenencias que no
sean tuyos, el respeto a los demás también supone respetar la intimidad.
—Ayuda a los compañeros del colegio, especialmente
a los más débiles y necesitados, poniéndote en su parte si son objeto de burla
o bromas pesadas.
—Llama de usted a las personas adultas para
demostrarles respeto y consideración.
Para adolescentes:
—Con tus padres y hermanos ten una relación basada
en la confianza y el respeto mutuos. El respeto es imprescindible para
comprender a los demás.
—Dirígete a los profesores con el tono y las
formas adecuadas, reconociendo su trabajo profesional a tu servicio, aunque a
veces no estés de acuerdo con la valoración de los exámenes. Reclama lo que
consideres justo.
—Habla y opina, sin ofender a los demás. El
diálogo favorece las relaciones interpersonales, pero hay que evitar caer en
críticas mordaces o comentarios ofensivos.
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